Julio 2017

¿Que está pasando con nuestra querida y hermosa profesión que se ve día a día castigada por las más variadas causas? La invasión profesional cada vez mayor del fundamentalismo proteccionista que compite y discute con el veterinario sin haber estudiado, que impone la atención gratuita en muchos casos sin tener en cuenta el gasto de los insumos cada vez mayor y con la calumnia y el escarnio público muchas veces; con la sobre exigencia de algunos propietarios que ocasionalmente termina en violencia verbal o física; con la aparición de muchas carreras de pocos meses de duración no autorizadas que compiten con el ejercicio profesional y engañan a los que las realizan, y lo peor es con la falta de ética y comentarios no adecuados sobre colegas que abonan al desprestigio de la profesión.

Es hora de despertar y trabajar cada uno desde su lugar para revertir esto y volver a colocar la profesión veterinaria en el lugar que le corresponde, desde la clínica, la oficina, la Universidad, los Colegios profesionales y todos los ámbitos en donde se desempeña un veterinario.

Y no olvidar nunca que la capacitación profesional, el trabajo profesional, la ética profesional, la buena práctica profesional, la dedicación y el respeto son los pilares fundamentales para la jerarquización de esta hermosa y noble profesión.